8502256950_8f2bb80698Cambiar el marketing va más allá de unos simple tweets, comentarios, posts o foros, se trata de hacer y no decir, como se diría de no cargarse de humo para disparar a discreción las grandezas y virtudes de un nacimiento de marcas humanizadas así como socializadas.

No me gusta el marketing actual, de hecho he de admitir que en ocasiones me he frustrado por lo estudiado, leído o incluso he visto durante mi experiencia. Siempre se suele decir «Lo que no ha cambiado nunca no es capaz de cambiar», me resigno, no acepto un «nunca» ni me dejo guiar por gurús, smokemakers o falsos expertos.

Cuando me especialicé en marketing, entré de becaria en una empresa en el departamento de marketing, todo lo que llevaba en mi cabeza de lo que sería algo disruptivo me volvió a la realidad, cruda pero realidad, ni técnicas ni tácticas eran las que presuponía. Toda sospecha de lo que no creía que fuera el marketing se me demostró en un periodo de tiempo, no me gusta el marketing, lo confieso no sentía pasión por lo que había estudiado, leía desde pequeña porque me apasionaba o debatía con mi padre los sábados, o cualquier día de la semana era el momento perfecto para hablar del marketing.

Pura venta, puro humo

Pura venta, puro humo es lo que se suele ver en la mayoría de las empresas, datos camuflados, dudoso trato al cliente con un único fin en la cabeza vender, ser más grande, hacerse rico o ser más que el vecino del lado. Avaricia, egoísmo, pura vanidad, lo siento pero el marketing ha sido maniatado, pervertido, prostituido y anestesiado con la pasta, como se dice la pela es la pela he de confesar que lamentablemente es lo que he vivido.

Se puede cambiar la forma de hacer marketing, ¡Sí! rotundamente, todo depende de quien esté detrás de las técnicas, estrategias y de las ganas de cambiar el mundo haciendo marketing.

Cambiar el marketing, nueva perspectiva

Cambiar el marketing es posible, es romper con el status quo, salirse del folio, manuales de los grandes gurús caducados, y hacer lo que realmente importa en el marketing conectar con la persona, de manera directa, personalizada ofreciéndole experiencias desde la socialización y humanización de marcas.

Nueva perspectiva de focalizar en las relaciones humanas, yendo más allá de lo material para navegar por la emocionalidad de la persona. Se acabó el trato de consumidor, porque bajo él hay una persona esperando a que su marca, producto o servicio «favorito» le cambie la vida, no se trata de vender humo sino de realmente mejorar el entorno.

Para cambiar el marketing ha de querer conectar con la persona e iniciar la socialización a través de hiperconectividad derrotando la infoxicación, intrusismo para crear lazos de unión dando lugar a un ecosistema emocional de marca.

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