Decir que la imagen es un producto de marketing no es descabellado, a menudo observamos a personajes públicos léase actores, cineasta o incluso futbolistas, cuyo crédito como imagen de marca puede descender al subsuelo del mundo marketiniano.
En la actualidad, se asiste a un boom de perfiles de famosos en redes sociales, dirigidos por un grupo de palmeros que publican tweets, actualizaciones con errores superlativos que conlleva a que su marioneta pierda credibilidad.
Estos «pseudos-profesionales» (palmeros de profesión), no llegarán a comprender el valor de marca del producto al que representan. No saben que el producto debe ser renovado, debe innovar y como clave interactuar con sus followers en este mundo 2.0.No basta con publicar un par de fotografías, o tweets sin direcciones, como flechas sin punta de un Cupido desangelado, hay que conectar con el público puesto que de ellos obtienen su mayor beneficio y presencia en la vorágine de las redes.
Entrar en el mundo 2.0, no es «abrir» un perfil y twittear hacia la exageración sin dar respuestas, necesitas de un plan, más concretamente de un plan social y de una estrategia basada en el público. Para que el perfil de un famoso sea gestionado de tal manera, se necesitan profesionales que sean capaces de guiar al ser humano que hay detrás y fijarle unos límites a la hora de sus twitteos personales, cuando no se cuente con la presencia de un profesional.
Con asiduidad asistimos a meteduras de pata de futbolistas, los más activos en este tipo de redes, su imagen social se descontrola por momentos debido a que sus palmeros o ellos mismos se dinamitan en redes sociales, no tienen la noción de que son marcas registradas que deben cuidar hasta el más mínimo detalle, las comas serán analizadas y los mensajes estudiados.
Cuidar del producto depende de un equipo que sepa limar y embellecer asperezas, para hacerlo más atractivo y comunicativo. Porque cada tweets cuenta, y es por ello que su reputación puede verse afectada si no se encauza adecuadamente.
La imagen es un marca que ha de ser cuidada, el branding personal no debe ser descuidado pues se perderá toda credibilidad.
Photo credit: See-ming Lee