La motivación se convierte en tema de debate en la mayoría de las organizaciones entre los directores de departamentos y ejecutivos.

Viven en la certeza de que la motivación de cada uno de los integrantes de la organización no es necesaria para la consecución de la meta final u objetivo empresarial. Ignoran y dejan de lado los objetivos individuales, los cuales son la esencia de la meta final.

La realización de los objetivos individuales son el instrumento vehicular que nos permite alcanzar el éxito empresarial, puesto que todos y cada uno de los elementos que conforman un tejido organizacional constituyen los motores de un ente empresarial.

Para motivar a los empleados no es necesaria una remuneración, hay aspectos como la promoción, reconocimiento que hacen completar su pirámide de Maslow.

Un empresario visionario, líder es capaz de observar dicha cuestión y desde el primer día sabrá motivar a su equipo con la transmisión de valores, filosofía y conceptos que provoquen la implicación total en la organización.

Motivar es una obligación, ya que sin la chispa de nuestros empleados seremos incapaces de conseguir nuestros objetivos. Siempre se debe saber que todos suman y todos estamos en el mismo barco.Hay que saber sacar lo mejor de cada uno y reconocer su labor en el éxito.