Bytes de información, links, urls, blogs, social media, nuevas formas de interacción con el objetivo primordial de la comunicación e hiperconectividad de 365 días en formato 7/24 no hay tregua, se pierde la percepción humana una pantalla táctil o monitor coloca una barrera entre realidad 2.0 y sociedad. La esencia puede correr peligro de extinción, se debe seguir siendo humano y socializador en el cara a cara, el siglo de la sociedad hiperconectada no debe limitar la relaciones humanas, todo en su justa medida es clave para no perder nuestra forma o razón de ser.
¿Cómo puede afectar la hiperconectividad a las marcas? en principio la respuesta es muy bien, es genial, todo correcto porque éstas pueden relacionarse con el consumidor o target objetivo sin tenerlo «face to face», grave muy grave error el pensar que ser hiperactivos socialmente 2.0 puede sustituir a la humanidad y esencia de la sociedad, una pantalla es una palanca para posicionarnos cerca del consumidor, el resto lo haces tú y no una red social.
Las reacciones de los consumidores ante el intrusismo 2.0 hace odiar a una marca, se siente desplazado en la relación 2.0 puesto que el único fin es una conexión directa y un bombardeo continuo por cada uno de los flancos de la conectividad, su pensamiento es «tengo una herramienta que me permite llegar incansablemente a los usuarios y gratis», ¡perdón! simplemente una herramienta, por mal camino van algunas marcas ya que sólo buscan su propio beneficio, cero socialización, cero humanización y todo dirigido a invadir la vida 2.0 del consumidor.
Una pregunta que es inevitable hacer ¿qué hay después de esa conectividad , en la mayoría de las ocasiones nada, todo queda en un mero tweet, publicación, privado, mail pero rechazando la esencia verdadera, estamos ante un caso de máscara social que sirve de paraguas para atraer usuarios, constituirán un simple número, una cifra de beneficios individual olvidándose de la colectividad y de la verdadera humanización.
Sobrevivir en una sociedad hiperconectada es esencial para mantener la humanización de cada uno de nuestros pasos, lo que verdaderamente importa no está en ser hiperactivos socialmente 2.0 es apoyarse en las herramientas que nos ofrece este siglo de la supercomunicación para acércanos un poco más al corazón del consumidor sin dejar de ser humanos.
La hiperconectividad no debe ser una meta, simplemente una palanca para propiciar la cercanía y humanización de marcas. La esencia no se encuentra en estar hiperconectados sino en como llegar al usuario y permanecer humanos.