Historias con esencia, con aroma embriagador que conquiste y navegue por el mapa emocional de quién las escucha, sientan y vean. No una historia común, cuente su historia, lucha, sueños y de cómo un día hackeó las reglas del marketing tradicional sin sentimientos ni emociones.

Lanzase, atrévase a romper con sus vestiduras formales y revele su verdadera historia, muestre la humanidad, que detrás de su marca hay un grupo de personas dispuestas a poner el corazón en cada uno de sus pasos, no hay miedo a la socialización es la hora de trazar un mapa de su historia, del grupo humano que hay tras su marca, llegó el tiempo del storytelling con el marketing sensorial, favorecer el engagement con humanización y grandes dosis de branding emocional.

La marca es un emblema, una enseña construida con sueños de quien un día decidió salir de la zona de confort y creyó que los límites son borrados si se cree en los sueños y en la pasión de dar algo más que un simple producto o servicio.

Una historia para provocar el “enganching” con el consumidor debe derribar los muros de la saturación, del continuo bombardeo y de las promesas incumplidas, salgase de la norma practique el storytelling y devuelva la esencia a su marca. No se trata de hablar de usted, de lo bien que hace su producto, las cosas tangibles no interesa porque se conocen a la perfección no intenta propagar sus cualidades y hable de usted, de su pasión, de cómo creyó en sus sueños para dibujar un mapa emocional, es ahí donde debe nacer el engagement y su humanización.

Una verdadera historia merece ser contada desde su pasado hasta su presente hay un camino del que se habrá caído una y otra vez, momentos en los que su alma exhausta dijo basta, esos sentimientos deben aflorar en su historia y dejar que el consumidor la conozca dé un paso hacia la humanización.

En el storytelling el protagonista son los sentimientos, no la marca no intente vender humo, déjese de hablar de lo bonito, bueno que es usted comparta sus miedos derribe la puerta que separa lo racional de lo irracional y comunique sus emociones y pasiones. Si usted no pretende hablar de tú a tú a quien te ve o te escuche absténgase de contar milongas que nadie desee escuchar.

Será clave y esencial que su historia active el plano sensorial del consumidor evoque su aroma, desate el gusto por la pasión que el consumidor escuche su latir en cada uno de sus pasos, permita que los consumidores moldeen la marca y la potencien con su emocionalidad.

La marca no se construye con puertas frías, una marca se construye desde la pasión que mueve a todos y a cada una de las personas que deciden salir de la zona de confort , aquí está el quid de la cuestión en mostrar su verdadera cara y no la fachada ni los parapetos que le impide despojarse de un traje.

Sin emoción no hay historia que contar, sin historia no hay mapa que trazar, sin mapa la humanización y emocionalidad se pierden por el camino.

old-83750